Los clientes que están satisfechos con nuestro negocio son los mejores embajadores que podemos encontrar.
Hablan bien de nosotros, nos recomiendan a amigos y conocidos. Pero muchas veces las empresas no les dan la importancia que realmente tienen. No es lo mismo leer una recomendación de un restaurante en Trip Advisor que un amigo te comente lo bien que ha comido en dicho restaurante.
La confianza en una recomendación de un amigo está en torno al 90%. Si dicha recomendación viene de otro cliente del mismo producto o negocio será de un 70%. Por ello es fundamental mimar a los clientes, animarles a que dejen buenos comentarios sobre nosotros en redes sociales o nos recomienden a los demás.
Lo intersante sería crear un plan de marketing que incluya a los clientes. Se fijaría una serie de objetivos con los que mejorar ventas, crecimiento de visitantes en redes sociales o una mayor fidelización de aquellos que ya tenemos. Tenemos que tener claro el objetivo que queremos lograr.
Además es fundamental identificar correctamente a los embajadores.
No por ser un cliente muy popular o por tener una gran relación con otros del sector va a ser necesariamente el mejor embajador.
Es importante ponerse en contactos con ellos, tratar de motivarles y explicar por qué es importante que compartan su testimonio.
Por último es necesario crear un plan de recompensas. De esta forma todos tendrán claro que pueden lograr si alguien al que nos han recomendado finalmente se convierte en nuestro cliente. Es importante crear eventos exclusivos para ellos, ofrecer obsequios, descuentos o acceso a funcionalidades premium, por ejemplo.
El objetivo es que la relación sea beneficiosa para ambos, la empresa gana un nuevo cliente, fideliza a otro que a su vez al verse recompensado pondrá más interés en la difusión de nuestras ofertas y de nuestro negocio.
Cortesía: PyMes y Autónomos