Se dice que las empresas familiares no institucionalizadas suelen organizarse alrededor de las personas y no en función de los roles establecidos para alcanzar las metas.
Una empresa se conforma de diferentes conceptos como: bienes materiales, recursos técnicos y financieros y un equipo de trabajo que busca alcanzar objetivos.
En el caso de una empresa familiar, es notable la flexibilidad estratégica y la creatividad de los miembros. Sin embargo, la gestión no suele ser aplicada en forma lineal.
Es considerado que en este tipo de negocios lo más difícil de gestionar es la selección y el desarrollo de los recursos humanos ya que no existe una diferenciación entre los niveles de propiedad. En general se la da prioridad a los vínculos emocionales que a las aptitudes de cada miembro.
La organización se da enfocada en las personas y no en los roles establecidos. Esto suele causar resentimientos que afectan directamente a los miembros.
Para evitar que esto suceda se necesita de una estructura que regule las políticas de selección del capital humano. Para ello se dan ciertas recomendaciones.
- Distinguir al capital humano que aporte a los aspectos relevantes ante aquel que no es necesario para la estabilidad del negocio.
- Realizar un perfil del colaborador que permita conocer las aptitudes necesarias para obtener el puesto.
- Desarrollar un plan de seguimiento para evaluar los resultados del colaborador
Manteniendo estos consejos, se logrará marcar la diferencia entre los miembros y los roles. Para así mediante la organización lograr el éxito de la empresa familiar.